lunes, 2 de enero de 2012

Cuidarse por Navidad el mejor regalo.

Durante estos días de finales de fiestas navideñas en los que nos encontramos, coinciden dos hechos que modifican de forma importante algunos de nuestros hábitos diarios. Nos referimos a la llegada del invierno y a la celebración de la Navidad y la entrada del nuevo año.
La entrada en la estación invernal conlleva el solsticio de diciembre. Son los días, en el hemisferio Norte del planeta,con menos horas de luz solar y suelen ir acompañados de una acusada bajada de las temperaturas.
Esta época se caracteriza también por las fiestas navideñas, con numerosos compromisos sociales que se suceden seguidos: reuniones familiares, con amigos, compañeros de trabajo, etc.  Generalmente estos compromisos terminan compartiendo comidas y cenas de celebración, con abundancia de alimentos de alta densidad calórica. Son habituales los excesos en cuanto a comida y bebida, disminuyendo de forma importante el consumo de frutas y verduras y aumentando el de proteínas, grasas (no siempre de alta calidad) y azúcares de absorción rápida (en forma de turrón, polvorones,…). Esta “nueva dieta” se caracteriza por el aumento de alimentos que contribuyen a aumentar la acidez corporal (proteínas y grasas), por la existencia de picos de azúcar en sangre (al abusar de postres y por aumento general de la cantidad total de alimentos consumidos) y por carencias de minerales.


El ritmo de actividad diaria entra en gran asincronía con el ritmo de la naturaleza. La disminución paulatina durante el otoño de las horas de luz no se corresponden a menos horas de trabajo y actividad. Contrariamente, se dedica mucho tiempo a la preparación y celebración de las fiestas navideñas, y a pesar de los días no laborables, se llegan a producir situaciones descritas como de “estrés navideño”.
El cuerpo debe adaptarse a estas situaciones: la llegada del frío, el menor tiempo de exposición solar, la mayor actividad (que puede ser incluso frenética por conseguir un determinado regalo, por preparar cierta comida o por tenerlo todo preparado para los invitados), los excesos y carencias de nuestra “nueva dieta”,…
Para afrontar estas próximas semanas, tratando de minimizar los efectos perjudiciales que estos cambios pueden suponernos, puede ser de utilidad el uso de dos complementos fitoterapéuticos: el jengibre y la chlorella
El JENGIBRE es un producto preparado en cápsulas de extracto seco de jengibre, que facilita su toma y aporta todas sus propiedades. Disponemos del artículo “Jengibre contra problemas digestivos y de estómago” donde se analiza profundamente todas estas propiedades. Es de gran utilidad frente a comidas abundantes que pueden ocasionarnos sensación de pesadez, de dificultad digestiva y ayuda a regular el azúcar en sangre. Además, tonifica nuestra energía, nos sirve para combatir el frío y ayuda en la prevención de congestiones respiratorias, resfriados y tos. La dosis puede ser de 3 cápsulas al día, una al final de cada comida (desayuno, comida-almuerzo y cena).
La CHLORELLA también es un producto en cápsulas, en este caso de alga Chlorella, que facilita el consumo de esta alga aportando todas sus propiedades. La chlorella es una alga verde que destaca por su gran aporte de clorofila y minerales. Sus propiedades son derivadas de este aporte, remineralizando el cuerpo y combatiendo la acidez metabólica, facilitando el proceso digestivo, regulando los azúcares en sangre, tonificando el organismo en general,…  Recomendamos 6 cápsulas al día, dos cápsulas en cada comida (desayuno, comida-almuerzo y cena).
Este tratamiento está pensado para personas que en la actualidad no están siguiendo ningún tratamiento ajustado y específico de su terapeuta. Puede realizarse como un tratamiento durante 2-3 semanas, aunque estos productos también pueden ser útiles como tratamiento sintomático esporádico ante digestiones pesadas, sensación de acidez, falta de energía y agotamiento, inicios de resfriados y aparición de dolores generales (especialmente de predominio matutino).
No debemos descuidar nuestra salud pero sin que esto nos obligue a dejar de celebrar estos días de fiesta.

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