jueves, 16 de febrero de 2012

ENZIMAS: Claves para una buena digestión y asimilación de los nutrientes

¿Para qué sirven los suplementos de enzimas?
 Tomadas junto a los alimentos, las enzimas mejoran la digestión de las proteínas, carbohidratos y grasas y están indicadas en los siguientes tratamientos:
Obesidad, fibrosis quística: enzimas pancreaticas, lipasa, bilis de buey
Flatulencia, hinchazón abdominal: enzimas pancreáticas, amilasa.
Asma, eccema, alergias, síndrome del colon irritable: pepsina, betaína clorhidrato, enzimas pancreáticas
Tomadas fuera de las comidas están indicadas en:
SIDA: pancreatina, papaina, lipasa, amilasa, bromelina, tripsina y quimiotripsina, junto con bioflavonoides.
Verrugas, herpes zoster: tripsina, quimiotripsina, proteasa.
Cáncer: pancreatina, pepsina, betaína clorhidrato, bromelina, papaína, tripsina, qumiotripsina, lipasa, amilasa
Tumores benignos de mama: enzimas proteolíticas junto con vitamina E.
Esclerois múltiple: pancreatina con ácidos grasos esenciales.
Finalmente las enzimas proteolíticas tomadas fuera de las comidas pueden mejorar las afecciones vasculares, tratar heridas, disminuir la inflamación, mejorar la artrosis y los reumatismos.

Cobran especial relevancia la Papaya, Piña y Manzana en este tipo de terapias
Alimentos frescos y crudos
 Las enzimas se encuentran en los alimentos frescos y crudos y son muy sensibles al calor: se destruyen a temperaturas a partir de 30ºC. Freir los alimentos es, en este sentido, uno de los peores métodos de cocción ya que se emplean temperaturas muy elevadas. Ocurre lo mismo con la pasteurización, el enlatado y los microondas, por las altas temperaturas.
Una dieta a base de alimentos cocinados y procesados obliga al páncreas a segregar mayor cantidad de enzimas digestivas, y por tanto dedica menos energía a producir enzimas metabólicas lo que a la larga lleva a un agotamiento enzimático.
No es sin embargo, necesario seguir una dieta estrictamente crudívora, pero si es importante incluir cada día alimentos no desnaturalizados y ricos en enzimas vivas como frutas y verduras frescas, germinados, algas, semillas, frutos secos y productos lácteos no pasteurizados. Una alimentación integral, biológica, rica en verduras y frutas frescas es a su vez rica en minerales y vitaminas, nutrientes necesarios para que el organismo produzca sus propias enzimas mas eficientemente.


Terapia enzimatica 

La dieta actual no incluye generalmente los suficientes alimentos crudos y le sobran alimentos manipulados. El resultado es un empobrecimiento enzimático que tiene efectos en nuestra salud.
El uso de enzimas digestivas para el tratamiento de enfermedades es muy antiguo. Los mayas y otros pueblos aplicaban hojas de papaya, que contienen una enzima denominada papaína, en ulceraciones malignas. Pero fue a principios del siglo XX cuando investigadores alemanes descubrieron que ciertas disfunciones del organismo estaban relacionadas con la actividad de las enzimas.
El jugo pancreático, rico en enzimas, se empezó a usar entonces para el tratamiento del cáncer.  Hoy, la enzimoterapia, nombre que recibe el uso terapéutico de enzimas, se utiliza cada vez mas en tratamientos para mejorar las digestiones, eliminar virus, estimular las defensas, acelerar la curación de las heridas y suprimir los mecanismos inflamatorios.

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