jueves, 7 de junio de 2012

MANTEN UN ASPECTO JOVEN: COME CEREZAS

Hace ya unas semanas que han llegado las cerezas a nuestras fruterías, y tenemos muchas buenas razones para consumirlas, entre ellas podemos destacar:


Uno de los mejores alimentos antioxidantes

La cereza se ha considerado desde siempre como una de las mejores frutas para depurar el organismo y liberarlo de toxinas. Las propiedades depurativas de esta fruta provienen especialmente de su riqueza en antocianinas. Las antocianinas pertenecen al grupo de los flavonoides, que son los que proporcionan los colores tan brillantes a muchas frutas. En el caso de las cerezas son los responsables del color rojo tan llamativo. Las antocianinas, como el resto de flavonoides, poseen propiedades antioxidantes muy destacadas, capaces de neutralizar los radicales libres que son los principales responsables de la aparición de muchas enfermedades degenerativas como la artritis, el cáncer o el Alzheimer . Hay que destacar la importancia de estos componentes en la prevención de las enfermedades cardiovasculares que se van adquiriendo con el proceso de envejecimiento. Este componente es capaz de proteger el corazón favoreciendo la circulación. Entre sus funciones principales también se encuentra la protección de los capilares de la retina, por lo que desempeña un papel fundamental en la conservación de la vista.
 No menos importante resulta la acción de las antocianinas, combinadas con la vitamina C y los aminoácidos, en la prevención del envejecimiento de la piel y del cuidado de las uñas y el cabello. Estos componentes tienen la capacidad de neutralizar la acción de los radicales libres sobre el las células de la piel, de manera que nos protegen de la aparición de arrugas, manchas, flaccidez y otras anomalías de este órgano y nos ayudan a mantener un aspecto más joven.
 Estudios realizados en la Universidad de Arizona por el equipo de la doctora Cinthya Thomson sobre la composición de esta fruta demostraron que la capacidad antioxidante de la cereza se debe a su alto contenido en antocianinas, con un contenido muy superior a otras frutas que tienen una gran reputación de contener este mismo principio. Las cerezas contienen unos 82 mg por taza, superando a las ciruelas ( 12 mg por taza). las frambuesas ( 38, 7mg por taza) y a las uvas negras ( 44,9 mg por taza).
 Además de las antocianinas, estos estudios demostraron que las cerezas eran muy ricas en otros componentes antioxidantes como la quercetina, la melatonina y otros fitoquímicos. Destacaban la gran riqueza en componentes de esta fruta comparado con el poco poder calórico que proporciona y recomendaban que fuese incluida en la dieta habitual como uno de los mejores alimentos depurativos y antioxidantes.
De hecho la cereza figura en la lista del Departamento de Alimentación de Estados Unidos como uno de los alimentos con más poder antioxidante. 
 

La fruta ideal para las dietas depurativas

Según la mayoría de los especialistas en alimentación, consumir unos 200 gr diarios de cerezas puede ayudar a prevenir o mejorar muchas enfermedades. Igualmente importante resulta su ingestión para mantener un aspecto joven y saludable.
La capacidad depurativa de los antioxidantes combinada con su riqueza en agua, que supera el 80 %, su carencia de grasa y su elevado contenido en potasio, un mineral muy adecuado para solucionar la retención de líquidos, combinado con la falta de sodio la hace ideal en las dietas depurativas. Igualmente le ayuda en este sentido su elevado contenido en vitamina C, uno de los principales antioxidantes. Bien conocida resulta la dieta de cerezas que consiste en beber de 1 a 2 litros diarios de zumo de de cereza durante 3 días.
 Estas dietas depuran el organismo, liberándolo de toxinas y de ácido úrico y ayudando a quitar grasa del organismo, por lo que se utiliza a veces como recurso para perder peso en las dietas de adelgazamiento.
Por otra parte, dada la riqueza de esta fruta en hierro, calcio y zinc, ayudara a prevenir o combatir la anemia ferropénica ( anemia por falta de hierro), la osteoporosis o debilitamiento óseo y otros problemas en la formación de los huesos o los dientes. Por todo ello se recomienda comer cerezas a las mujeres que han llegado a la menopausia, periodo en el cual suelen aparecer muchas de estas anomalías.

 Las mejores cerezas

Las mejores cerezas son aquellas que se recogen o se compran bien maduras. Dado que la cereza no madura bien en casa conviene comprarlas en su punto. Si deseamos comerlas crudas o en zumo, es mejor comprar cerezas dulces.
 Las cerezas deben comprarse cuando están de temporada, es decir durante la primavera y el verano. El color de las cerezas dulces puede ser rojo o amarillo claro. Las tonalidades del rojo varían mucho, desde el rojo claro hasta un rojo morado. El color depende la variedad, aunque las más oscuras suelen ser las más dulces y las que tienen una mayor proporción de antocianinas. Las cerezas ácidas suelen tener un color rojo brillante.

Las cerezas con la piel muy limpia y brillante no son en muchas ocasiones las más recomendables. Muchas veces este aspecto tan pulcro se debe a que ha sido sometidas a procesos de embellecimiento para mejorar su presencia y aumentar las ventas. En este proceso, además de agua, se utilizan otros productos que, a la larga, resultan perjudiciales como lacas, abrillantadores , ceras, etc.

Si es posible elegir, mejor buscar cerezas producidas en cultivos biológicos, en los que no se hayan utilizado pesticidas, fungicidas, herbicidas u abonos químicos.
Las cerezas son un fruto que se como con piel, por eso, procedan de donde procedan, es necesario lavarlas bien antes de su consumo. Deben guardarse en la nevera para que no se estropeen, pero sin lavarlas antes. No conviene colocarlas junto a otros alimentos muy aromáticos porque absorben sus olores a través de su piel.
¡Cuidado con los huesos!
Los huesos de las cerezas contienen en su interior las semillas. Las semillas de las cerezas, como la mayoría de las semillas de las rosáceas, son ricas en glucosidos cianogenéticos, unos componentes que desprenden cianuro cuando se ingieren. Resulta prácticamente imposible acceder a la semilla si no rompemos el hueso que la protege, por lo que, aunque traguemos alguno de ellos, este se libra entero con las heces. No obstante conviene advertir a los niños que no rompan los huesos para conseguir las semillas porque son tóxicas y que es mejor no tragar los huesos porque podrían resultar indigestos.

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